Mediterráneo: el Maestro de Guijarro nos habla del medio marino

Hablamos de Mario Gavotti, el artista italiano de Marino, en la provincia de Roma, que ha sabido transformar la rígida roca magmática en obras flotantes y armoniosas que hablan del mar, de mundos acuáticos, formas que a veces nos hacen pensar en nuestra primera cuna: en el líquido amniótico. Precisamente en el territorio del municipio de Marino se encuentran las canteras de  lapis albanus, como llamaban los romanos al peperino, pero esta piedra tiene una historia que se remonta Ya en el Paleolítico, los etruscos lo utilizaron paulatinamente para sus sarcófagos, los romanos para los edificios públicos, hasta que se convirtió en el material dominante de las construcciones medievales y renacentistas.

Lo increíble está aquí, un material tan especial utilizado para la construcción fue moldeado como el agua por este increíble maestro del arte. Mario tuvo una historia familiar muy peculiar, no conoció a sus padres; esto creó en él una tormenta emocional y una necesidad de buscar continuamente ese mundo único que le devolvía al vientre de su madre, lo que le llevó a desafiar al material más duro y resistente, como su dolor, para convertirlo en acuoso, suave, acogedor, fuente de vida como el mar. Hoy Mario Gavotti tiene noventa años y mucho que contar de su vida dedicada a la enseñanza, haciendo de cada alumno una obra maestra por su singularidad, algo que se le ha reconocido no sólo con el cariño que aún hoy recibe. Su vida artística se revitalizó en 1947 cuando obtuvo el diploma de Maestro de Arte, y después trabajando en la Galería "Medici" y en otros talleres de mármol adquirió un completo dominio de las diversas técnicas de la obra plástica.

En 1993 puso fin a su carrera como profesor y se dedicó exclusivamente a la producción artística. Del peperino pasó al mármol de Carrara, hasta que en 2003 el reconocimiento de una enfermedad discapacitante de la retina le impidió dar rienda suelta a su creatividad a través de la escultura. Sin embargo, Mario Gavotti es más fuerte que todos los males, no ha perdido el ánimo y, con la ayuda de expertos, ha emprendido el camino, con la poca visus de que dispone, del Arte como Terapia, produciendo un considerable número de dibujos con diversas técnicas expresivas que le han permitido superar los inevitables momentos de oscuridad y depresión derivados de la enfermedad constatada.

Hoy quedan sus maravillosas obras para hablarnos de ese mundo marino, infinito pero a la vez acogedor y protector, donde se moldean las formas de vida. Mario Gavotti nos dejó a principios de 2024.

El peperino de Marino, tiene su origen en la actividad del Volcán Albano (o Volcán Lacio), que se encuentra en la zona de Castelli Romani, entre las localidades de Albano Laziale, Castel Gandolfo y Marino, tocando también las localidades de Grottaferrata, Rocca Priora, Genzano di Roma y Velletri. Tras las erupciones, la solidificación de las lavas emitidas por el cono volcánico dio lugar a distintos tipos de minerales, desde la toba hasta el peperino.
El peperino de Marino ha sido definido por los expertos como "lava fangosa endurecida", porque al excavar la roca en el subsuelo del municipio de Castelli Romani salen a la luz filamentos de roca húmeda, aún en formación. Su color es gris, cambiando de claro a oscuro, y contiene otros materiales minerales cristalizados, como zeolita, trozos de madera y fragmentos de hueso, que la caracterizan y la hacen única.
Muchos artesanos han creado con el peperino Marino obras arquitectónicas, muros e inmensas escaleras, hechas especiales por su conformación punteada, que le confiere un aspecto regio. Las esculturas creadas por Gavotti Mario hacen que el observador desee tocarlas, acariciarlas, recibir percepciones sensoriales también a partir del tacto y no sólo de la vista.