Agostino De Romanis. I colori dell’anima che conquistano il mondo

El artista Agostino De Romanis, nacido en Velletri (Roma), es un exponente de Pittura Colta, movimiento posmodernista fundado por el crítico Italo Mussa en la década de 1980, que ha sabido traer al mundo imágenes de cuento de hadas y lugares legendarios con colores increíblemente únicos.
Una larga trayectoria que comienza en los años 70, primero como escenógrafo y después como pintor, engloba la búsqueda de la libertad más profunda, la libertad del alma. Inicialmente sus obras tenían tonos oscuros, grises y negros que pretendían transmitir el sentimiento de aquellos años, entre las obras de la época destaca la representación de la Jerusalén liberada de Torquato Tasso, resumida en 20 cuadros maravillosos e inquietantes.
Luego, un primer viaje a Indonesia transformó su sentimiento, su arte se convirtió en una paleta infinita de colores vivos, expresión de vida, alegría, ligereza, hasta llegar a transparencias y juegos de color realmente extraordinarios. Un camino que ha enamorado a la crítica y a los poderosos del mundo, deslumbrados por esos verdes místicos de la naturaleza y esos colores irisados del cielo y del mar que a veces se convierten en luz casi transparente en su esencia, flotante. Fantasías que evolucionan y luego se entrecruzan entre representaciones de "aire, agua, tierra, fuego", el simbolismo de los números, las vías de escape, lo Sagrado, el encuentro con Oriente, dando lugar a una evolución incluso de técnicas sin parangón, fruto de investigaciones, pruebas y experimentos inéditos.
Vittorio Sgarbi escribe en 2005 'En esencia, la inmersión en Oriente es también una elección técnica para De Romanis, es un intento de apropiarse de la sensibilidad en la relación con las cosas y también con los materiales típicos de Oriente: las lacas de estas superficies tan densas de color. Este es quizás el aspecto más interesante de la investigación de De Romanis en esta etapa, una investigación en la que la técnica está al servicio del espíritu".
El telón de fondo constante es el amor, el amor en el sentido más amplio, desde la feminidad a la naturaleza, pasando por el amor absoluto de un Dios que reside en el alma del hombre pero que a menudo es incapaz de encontrar. El arte de Agostino De Romanis se cuenta en una palabra: emoción