El 5 de diciembre de 1202, Inocencio III concedió a Pietro Annibaldi con el Breve "Quia per tuae" los territorios del monte Massimo con la obligación, no obstante, de prestar juramento de fidelidad perpetua a la Iglesia romana. Además, Inocencio III autorizó a Annibaldi a construir allí una fortaleza fortificada "munitionem et castrum", dada la importancia estratégica del lugar, situado entre el valle del Sacco y la llanura pontina. Así nació Rocca Massima, el pueblo encaramado a 750 metros sobre el nivel del mar en las alturas del monte Massimo, perteneciente a la cadena de los Montes Lepini, en la provincia de Latina, al sur del Lacio, desde donde se disfruta de un panorama impresionante. Un oasis natural en medio de interminables extensiones onduladas de olivos y castaños, tonos de verde con diferentes matices que bordean el increíble mar azul de las hermosas islas Pontinas. Un puñado de habitantes, unos 1100 residentes permanentes, se han quedado por amor a esta tierra que cuidan y protegen, que embellecen y restauran para hacer la vida más agradable a ellos mismos y a los turistas. El único ruido viene dado por las melodías del viento, la tranquilidad de poder escuchar sin ser molestado los propios pensamientos que, como por arte de magia, alejados del estrés, adquieren una forma completamente distinta. Este es el gran valor añadido de este lugar de antaño. Los habitantes de Rocca Massima son trabajadores, creativos, ingeniosos, y en colaboración con la naturaleza han sabido extraer productos de excelencia, como el llamado oro verde de la campiña pontina, un aceite evo de altísima calidad obtenido de la aceituna itrana, que además posee extraordinarias características para la salud. No menos valiosa es la aceituna de mesa Gaeta, cada vez más rara y buscada por los entendidos del gusto. Pero Rocca Massima también ofrece cultura de alto nivel. Desde hace 18 años, en verano, se celebra el Festival Internacional de Órgano en la Catedral de San Michele Arcangelo, construida a finales del siglo XV, en pleno centro histórico, donde en un pasado más reciente se instaló un órgano mecánico, inaugurado con un concierto del maestro J.E. Goettsche, organista titular de la Basílica Vaticana de Roma. Desde entonces, músicos de toda Europa y Estados Unidos han actuado en concierto, alabando las características técnicas del instrumento.
Desde lejos, Rocca Massima parece un belén, una zona rica en historia, arte, tradición, vistas, silencios y las virtudes de sus gentes amables, acogedoras y festivas. Genuinamente festiva.
La tirolina más rápida y larga del mundo
Volar en el cielo
Los deportes extremos, por su parte, animan a los más temerarios. En 2014 se inauguró la tirolina conocida como Volando por los cielos o Vuelo del Ángel.
El cable de acero de la tirolina tiene una longitud de 2.225 metros y permite lanzarse al vacío a una velocidad media de más de 110 km/h, hasta un pico de 174 km/h, con una caída máxima de 350 m.l.s.
El sistema es actualmente el más largo y rápido del mundo.
Para reservas e información (aquí)