Entre arrozales espejados, aldeas agrícolas y antigua sabiduría rural, el triángulo del arroz que une Vercelli, Novara y Pavía conserva el alma más auténtica del cultivo del arroz italiano.
En el corazón vivo del valle del Po se extiende, como una alfombra de reflejos esmeralda y agua, el llamado triángulo del arroz. Es aquí, entre las provincias de Vercelli, Novara y Pavía, donde Italia conserva una de sus tradiciones agrícolas más arraigadas y fascinantes: el cultivo del arroz. Un antiguo rito que se renueva cada año, entre terraplenes, canales y caseríos centenarios, donde tierra y agua se estrechan en un abrazo que huele a historia, trabajo y cultura.
Lugares del alma: las comunas arroceras
Esta llanura viva está salpicada por más de 60 municipios donde el cultivo del arroz es mucho más que una actividad económica: es una vocación transmitida a lo largo de los siglos. Entre ellos:
- En la zona de Vercelli: Vercelli, Trino, Santhià, Arborio, Crescentino, Lignana, Salasco, Bianzè, Desana, Livorno Ferraris, Olcenengo, Formigliana, Quinto y Borgo Vercelli, Motta de' Conti, Stroppiana y muchos otros pueblecitos donde cada primavera se enciende el milagro de los arrozales inundados.
- En NovaraNovara, Trecate, Vespolate, Garbagna, Tornaco, Cerano, Sozzago, Vinzaglio, Galliate, Cameri, y pueblos que parecen salidos directamente de un lienzo de Morandi, guardianes silenciosos de un saber industrioso.
- En Pavía LomellinaMortara, Vigevano, Garlasco, Parona, Cilavegna, Mede, Gravellona, Alagna, Ferrera Erbognone, Lomello y Gropello Cairoli: tierras donde cada alquería tiene una historia y cada campo un recuerdo. Aquí se acuñó el nombre de Perla della Lomellina para identificar el arroz de la zona.
Las variedades que cuentan la historia de Italia
Aquí se cultiva el mejor arroz de Europa, fruto de una sabiduría agronómica perfeccionada a lo largo del tiempo. La página Carnaroliel príncipe indiscutible de risottos, nació aquí. Con él, el Vialone Nanoel versátil Arborioel fragante Romael robusto Baldoy variedades menos conocidas pero valiosas como la Selenioel San Andrés y el Carrera 77.
El arte de cultivar: entre el agua y el cielo
El arroz se cultiva donde fluye el agua. Y aquí, el agua baila entre canales y acequias, hábilmente conducida por una red hidráulica que se remonta a la Edad Media. Aún hoy predomina la siembra sumergida, creando esos paisajes únicos donde cielo y tierra se funden y las garzas vuelan bajo sobre la superficie del agua.
Pero no es sólo tradición: el triángulo del arroz es también un laboratorio del futuro. Experimenta con la siembra en secose utiliza drones y tecnologías de precisiónse adoptan rotaciones de cultivos sostenibles. Es una agricultura que no reniega del pasado, sino que lo mejora para afrontar el mañana.
De la oreja al plato: un viaje a través de la transformación
Una vez cosechado, entre septiembre y octubre, el arroz inicia un viaje silencioso y meticuloso: secado rápido, descascarillado para liberar el grano, blanqueado, selección. El procesamiento es diferente para el arroz semiintegral y el integral.
En muchas empresas familiares, a menudo alojadas en antiguas granjas, todo se hace in situ, con pasión artesanal y rigor moderno. ¿El resultado? Un producto auténtico, trazable e identificable.
Visitar el triángulo del arroz significa atravesar el alma agrícola de Italia. Es una peregrinación laica entre paisajes inmóviles y gestos antiguos, entre la belleza del agua que diseña geometrías y la concreción de las manos que saben esperar. Es una invitación a redescubrir el valor del tiempo lento, de la tierra que nutre y de las historias que merecen ser contadas.
Quienes busquen la esencia de nuestro país la encontrarán aquí, entre grano y reflejo.
Ese cruce mágico entre Lady Wright y Greppi
En Carrera 77 tiene sus raíces en los experimentos agronómicos de la Italia de preguerra. Se seleccionó en los años 30 en el Istituto di Allevamento Vegetale de Bolonia, cruzando la variedad americana Lady Wright con la italiana Greppi. El objetivo era obtener un arroz precoz y productivo, adecuado a las exigencias de cultivo de la época. Así nació una de las variedades más representativas del cultivo de arroz de posguerra en el Piamonte. Tras alcanzar su apogeo en los años sesenta, con miles de hectáreas cultivadas principalmente en la zona de Bassa Novarese, el Razza 77 fue desapareciendo gradualmente.
En los últimos años, un grupo de agricultores y aficionados ha decidido resucitar esta variedad. Una raza 77 redescubierta ahora por los agricultores de la zona de Bassa Novarese -en particular en los municipios de Borgolavezzaro, Garbagna, Nibbiola, Terdobbiate, Tornaco y Vespolate- es un símbolo de renacimiento cultural y agronómico.
Este arroz, que casi había desaparecido, se cultiva ahora en cantidades limitadas con métodos respetuosos con el medio ambiente. Es apreciado por su extraordinaria capacidad para absorber los sabores y mantener una textura perfecta, cualidades que lo hacen ideal para recetas tradicionales como el paniscia novarese.
Su redescubrimiento es también un gesto de resistencia cultural, una forma de salvaguardar la biodiversidad y el patrimonio identitario de estas tierras.